El cyberpunk siempre ha sido un género caracterizado por su tendencia hacia lo profético. El desarrollo tecnológico, así como el crecimiento caótico de las sociedades en el capitalismo tardío traen consigo cambios en el entorno social: deshumanización, pobreza, nuevas maneras de estimular a los organismos y múltiples cambios culturales. En pocas palabras, este género se caracteriza por mostrarnos personajes atravesados por las abominaciones distópicas, generadas gracias a las irresponsabilidades y terquedades de nuestro presente.

En 1997 Warren Ellis y Darick Robertson publicaron el primer número de su obra “Transmetropolitan”, un cómic cyberpunk que trataba acerca del regreso forzoso de Spider Jerusalem al periodismo. Jerusalem es un columnista transgresor, el único con el carácter suficiente para desafiar al status quo y su narrativa. Transmetropolitan, empezó bajo el sello de ciencia ficción de DC Comics, Helix. Después de que este sello fracasara, la serie fue mudada a Vertigo, ahí se dejó de publicar hasta su entrega número 60 en el año 2002.

El personaje de Spider Jerusalem está inspirado en el periodista Hunter Stockton Thompson. Thompson fue una figura polémica, conocido por la novela “Miedo y asco en las vegas”, obra que posteriormente fue adaptada al cine; Thompson fue uno de los padres del periodismo Gonzo. Este estilo de periodismo pretende alejarse de las pretensiones de un discurso neutro en la noticia y darle rienda suelta a la subjetividad, haciendo que el autor sea una parte activa y fundamental en el suceso a relatar; dando principal énfasis a las emociones, experiencias y puntos de vista de quien escribe. La columna de Spider Jerusalem es ácida, está totalmente plagada de sus perspectivas políticas y busca la transgresión hacia la realidad que está perpetuada por los medios tradicionales; esto, sin sutileza alguna, Jerusalem es un personaje nihilista con múltiples vicios, un lenguaje florido y, aparentemente, poca empatía. Podría parecer que el único compromiso que acata es el que tiene con “la verdad” y el periodismo.


Hablando acerca de lo que es la verdad, recientemente hay un término que ha sonado bastante, sobre todo, en lo que a política se refiere, este término es la “posverdad”. La posverdad es un neologismo que proviene de la palabra “post-truth”, como concepto se empezó a utilizar en eventos recientes como las elecciones en Estados Unidos de Norteamérica o el Brexit; y se refiere a la distorsión deliberada de una realidad, una manipulación que se vale de las creencias y emociones para influir en el comportamiento social y la opinión pública. En términos de posverdad, la emoción y la fé tienen más peso que los hechos, la objetividad se ve totalmente anulada por el uso de un discurso dispuesto a alimentar las abstracciones de la sociedad; gracias a esto, se puede disponer de cosas como los valores, la religión y las costumbres para obliterar cualquier pensamiento que atente contra ideología dominante. Estas manipulaciones políticas no le son indiferentes a la obra de Darick Robertson y Warren Ellis, constantemente vemos a Spider y compañía inmersos en una batalla política entre las supuestas izquierdas y derechas, se nos muestra cómo los políticos utilizan las emociones de las personas para obtener la aceptación del público. En Transmetropolitan la política es un espectáculo que alimenta las emociones de las personas, así mismo Spider Jerusalem utiliza su personalidad para generar una conexión profunda con su lector, valiéndose de los hechos y su irreverencia para pronunciarse contra los avatares de la clase política.

Una de las cosas más interesantes del cyberpunk, es su capacidad de plantear las situaciones y problemáticas generadas por el desarrollo tecnológico en este orden socio-económico. Ellis y Robertson crean un universo caótico, en donde la tecnología está totalmente dispuesta a los intereses del control y del consumo. En Transmetropolitan la sociedad está totalmente sobrestimulada de información, procedimientos quirúrgicos, drogas y placeres; aunque esto bien podría parecer utópico, resulta todo lo contrario, todos los estímulos que recibe la sociedad funcionan para alienarlos más y más de su situación fáctica, lo que se podría presentar como desarrollo es, en realidad, un esquema bien trazado de control y represión. Los autores de esta obra crearon un universo que nos muestra esto desde lo violento hasta lo sutil, podemos ver una ciudad perfectamente diseñada a través de las políticas aristocráticas, hay espacios idílicos para las élites con filtros de seguridad excesivos, marginación extrema, un aparato policíaco que sirve para el control y la represión, así como detalles más delicados entre los que podríamos mencionar la arquitectura hostil que reina en la ciudad, en donde los espacios, tanto públicos como privados, están diseñados para disciplinar las actividades de la gente e incluso borrar del paisaje a los sectores que no se consideren adecuados para la sociedad. Transmetropolitan es un trabajo cuidado gráficamente, el arte de Robertson nos lleva a través de la estructura citadina y, a manera de metáfora, nos enseña el flujo actual de los espacios urbanos.
En nuestro documental de V for Vendetta hablamos acerca de cómo la información es filtrada y controlada por los distintos poderes, mencionamos que Noam Chomsky estudió la manera en que los gobiernos, en conjunto con las corporaciones, administran información que es conveniente a los intereses de los estados y el poder económico. En Transmetropolitan, el tratamiento es muy parecido, Spider Jerusalem es un pez nadando a contra corriente que se tiene que valer de todo tipo de recursos para verificar y validar sus artículos, mientras que a sus rivales les basta con saturar los medios masivos con la información que ellos necesitan. Para Spider Jerusalem la izquierda y la derecha actuales son dos caras de la misma moneda, aunque aparentemente tienen valores e ideas diametralmente distintas, en realidad las dos visiones apoyan al mismo orden y sistema. Los dos presidentes, La Bestia y El Sonriente, se valen de los medios masivos para avalar sus decisiones políticas y obtener el consentimiento de la población e incluso son capaces de administrar la información mediante medios violentos como la censura y la intimidación. No hay un control evidente de todo lo que se pública en los medios pero el exceso de vías por las que se comunica, así como las herramientas de las que se vale el poder hacen que, si bien, no exista un monopolio de la información, sí exista una competencia que deja a cualquier incidencia con nulas oportunidades de éxito.

En su obra Planetary, Warren Ellis describe a la magia como los códigos secretos del mundo, dice que los hechizos y los trucos son equiparables a enviar un código al sistema operativo de la realidad. En Transmetropolitan, la información, así como su distribución, juega un papel elemental en la percepción de la gente. La evolución tecnológica y también la estructura de la información tienen un papel fundamental, ya que a través de estos elementos es como la gente construye la realidad que habita. La magia existe en la intención y el acomodo de las palabras, así mismo también está presente en cómo se le presentan al público. En el arte de Transmetropolitan podemos observar que todos los espacios están plagados por anuncios espectaculares, y no sólo los espacios, la misma gente está consumiendo publicidad y manifiestos políticos de manera desmedida. Literalmente, hay información hasta en la sopa, el status quo se ve constantemente perpetuado y validado por la maquinaria que manda los estímulos adecuados a la población. Spider Jerusalem entra en una guerra mediática con un monstruo que posee recursos casi ilimitados y una hegemonía a partir de la acaparación de las ideas, para salir victorioso se vale de la transgresión y la autenticidad en su discurso, describe lo que él cree que es verdad enarbolando conceptos que tienen una repercusión en el espectador. Para combatir a la representación más pura del poder capitalista moderno, Spider Jerusalem utiliza sus palabras, es sincero al percibirse como una misma consecuencia del sistema y muestra la sombra del supuesto progreso y orden de su entorno. Utiliza, en un sentido metafórico, su pluma para cambiar el paisaje de la realidad que habita. Para Warren Ellis la magia es algo que actúa sobre la psicología de las personas, es una forma de crear una realidad a partir de los distintos estímulos a los que somos sometidos, si bien, hay toda una maquinaria dispuesta a mantener la realidad que le conviene al poder, personas como Spider Jerusalem pueden crear rupturas en ese imaginario.

En conclusión, Transmetropolitan es una sátira atravesada por la volada imaginación de sus autores, quienes hiperbolizan los malestares y vicios que tenemos en esta época moderna. En esta obra, aunque la tecnología crea nuevas maneras de placer, de corporeidad e incluso de conciencia; sigue también creando nuevas maneras de ejercer control y también nuevas formas de consumir. Al final, una narrativa es aquello con lo que puedes combatir la realidad, y aunque parezca que todo está perdido siempre habrá uno que otro Spider Jerusalem gritando: “Ustedes humanidad, no conocen lo que es la verdad. Está ahí, justo debajo de sus excrementos, pero nunca la logran ver. Eso es lo que más odio de esta maldita ciudad, las mentiras son las noticias y la verdad es obsoleta.”.

Ningun comentario on TRANSMETROPOLITAN: La Estructura Citadina y La Posverdad