Vidas breves. Una visión de las limitaciones.

por Mario Garcéz

 «Nacimos del olvido. Traemos niños, condenados por nosotros mismos. Vamos al olvido.»

– Rorschach, «Watchmen»

En mayo de 1985 en la serie “Omega men” # 26 se publicaría una pequeña historia de 4 páginas escrita por Alan Moore y con dibujos de Kevin O’Neill. La historia se titularía “Vidas breves”. El arco nos muestra a un extraterrestre arácnido que relata la historia de cómo falla su conquista en Ogiptu ante unas enormes estatuas que parecen tener una percepción diferente del tiempo.

La historia recoge al Moore de 2000 A. D. y a aquel que empezara en Doctor Who, o en otras palabras un escritor que demuestra en pocas páginas saber manejar y entregar grandes historias de space opera.  De esta manera nos muestra reflexiones de la vida humana a través de unos extraterrestres arácnidos que reflejan la vida humana en comparación con unas figuras antropomórficas gigantes, las cuáles no parecen ser conscientes de lo que los rodea.

Una de las cosas más interesantes es ver cómo a pesar de que uno como lector se identificara con los gigantes antropomórficos en realidad nos identificamos más con los insectos. Pues sus sueños de conquista y grandeza son similares a los humanos en la space opera donde el universo parecía como un plano todavía por conquistar y aquí se nos muestra al universo indiferente de nosotros como una mota de polvo ante la inmensidad del cosmos.

Buscando un propósito a nuestras vidas

El narrador de nuestra historia, el comandante de la invasión al planeta, realiza su narración cual si fuera una carta explicando su suicidio.

En este sentido Moore nos hace ver la irrelevancia de la vida o quizás su importancia. Por una parte nos muestra que estamos limitados para comprender los misterios del universo, aludiendo específicamente a la cuestión divina, por otra parte nos muestra la manera en que se puede desperdiciar una vida en una búsqueda sin sentido.

Así mismo, una de las reflexiones del cómic es saber que como dice el título las vidas son breves y por lo tanto hay cosas que no podrán estar en nuestras manos cambiar.

He visto eventos tan pequeños y tan breves que difícilmente puede decirse que hayan ocurrido del todo

La historia de Moore podría quedarse en el monólogo interior, sin embargo el cambio de narradores a un narrador general, hace que nosotros cambiemos de perspectiva, lo cual es importante porque ahora estamos viendo la perspectiva de los gigantes donde el tiempo de las arañas extraesterrestres es tan corto en comparación con el de ellos, y por lo tanto parece insignificante.

Moore nos habla de la imposibilidad de comunicación entre distintas formas de vida extraterrestre, lo que también se vería en obras como “La noche más oscura” y “Mogo no tiene vida social”. El autor nos trata de decir que esta falla en la comunicación es lo más común entre seres tan diferentes, lo cual hace eco con nuestra realidad. Ahora bien, quizás lo más inquietante de la historia es preguntarnos, ¿Somos seres diminutos cual insectos que aunque se encontraran con formas de vida extraterrestre sólo podríamos inferir que están vivos según nuestra percepción del tiempo? O ¿al igual que sucede con nuestra vida al compararla con los insectos, ésta es ínfima? O ¿Tal vez las formas extraterrestres no podemos comprenderlas por su tamaño, ya sea inmenso o diminuto?

Moore nos demuestra en esta historia que sabe escribir grandes historias en pocas páginas y además quizás lo más importante es que nos hace cuestionarnos sobre nuestra realidad y nuestro punto de vista de ella.

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