Grant Morrison ha sido uno de los escritores que han relacionado al invento norteamericano de los superhéroes con la mitología griega y su panteón de dioses. Al igual que él, en una ejecución menos depurada, Zack Snyder buscó hacer evidente el simil que hay entre Superman y los dioses solares, así como el parecido entre Batman y las características de lo lunar. Al momento de su creación, estos dos personajes (al menos Superman) fueron creados con la pretensión de asimilar a personajes heroicos de épocas y mitologías anteriores, pero, más allá de las referencias culturales que hayan tenido los autores al crear estos personajes, fue la relación que tuvo el público la que definió y generó el devenir de los personajes más famosos de DC.


A pesar del marco positivista en el que se ha delimitado a las deidades; las actitudes, aptitudes y demás características de estas le deben su congruencia narrativa al orden histórico y vivencial de las sociedades que las narran. En pocas palabras, las mitologías sólo deben cumplir con la función que les asigna la comunidad que las crea. Esto no quiere decir que nos sea vedado el poder disfrutar y analizar estas narrativas, más bien invita a abordar las historias desde el espíritu que les dio nacimiento, y, quizás, a redefinirlas en nuestros propios contextos. Algo que también debemos tomar en cuenta es que los dioses que estamos narrando en este momento son los últimos en una larga fila que se remonta hasta los principios de la conciencia humana, esto nos dice que los mitos modernos tienen una herencia que los ha influenciado y también cuentan con un momento histórico que los ha modificado. Lo único que comparten intrínsecamente todos los dioses es que, esencialmente, intentan narrar la misma cosa: La humanidad.
Tenemos que pasar por todo este tambachón de contexto para poder abordar el objetivo de este artículo, que es relacionar a Batman y Superman con las deidades griegas Apolo y Dionisio. Más allá del enfoque nietzcheano canónico, podemos empezar por abordar a las dos deidades.

Apolo es uno de los dioses helénicos más queridos, es aquel que trae la poesía, la luz, la inspiración y la razón. Fuente de vida y curación, también mecenas del arte, Apolo es considerado como un dios brillante que se relaciona con el mismo sol (Helios). Este dios es la aspiración máxima de toda la humanidad, es muy probable que en el imaginario religioso de los griegos haya sido un dios que inspiraba de manera colectiva e individual a toda la sociedad. En Apolo, la máxima aspiración humana podía hacerse presente en el mundo exterior, realizando creaciones individuales que podrían generar un gran cambio a un nivel general.
Por su lado, Dionisio es el dios del vino, pero más allá del alcohol, representaba los estados que el mismo vino provoca. Dionisio era la deidad que encarnaba el inconsciente y el éxtasis. Los rituales que se hacían en su honor consistían en la locura colectiva, en perder la idea del individuo en la misma especie y en el mismo entorno, en estos rituales, se buscaba darle un descanso a la razón para tener una conexión con el inconsciente, o sea con la luna.


Para este análisis resultaría muy interesante usar la idea de Apolo y Dionisio antepuesta a Batman y el guasón, sin embargo, en esta ocasión no quiero utilizar a los dioses como una especie de relación antitética. Simplemente quiero tomar los caminos de una figura heroica solar y otra lunar.
Superman es la encarnación del hijo de dios, un súper hombre que cayó del cielo y está dispuesto a ser el salvador de la humanidad. Al igual que en la mayoría de los mitos solares, el nacimiento de Superman es casi un milagro, además es despojado de su linaje para ser criado por una familia de orígenes humildes que le enseña los valores universales de la humanidad. Grant Morrison en All – Star Superman toma esta conexión y la hace aún más evidente, comparando las doce pruebas por las que tiene que pasar Kal-El con los doce trabajos que realiza Heracles (otro dios solar) en la mitología helénica.
Batman es un personaje que comparte muchos rasgos con Superman, los dos son huérfanos y tienen un linaje que es considerado especial. Sin embargo, en Batman habita la idea de “el hijo de la viuda”, un concepto masónico que se refiere, de manera simbólica, a un rey perdido, a alguien que no tiene conexión con la paternidad espiritual y por lo tanto está en búsqueda de la parte solar de dios. Una de las características principales del carácter de Batman es la introspección, de ahí parte el planteamiento de que Batman siempre tiene un plan, esta idea se origina gracias a que el caballero de la noche es un héroe que actúa en silencio y desde las sombras, al menos en la mayoría de sus encarnaciones. La idea del hijo de la viuda también la retomó Grant Morrison para escribir su run de Batman, donde tanto Damian como Bruce Wayne están en la búsqueda de la conexión espiritual paternal, o sea solar. Damian tiene que buscar la figura en la idea de Batman, mientras que Bruce lo tiene que buscar en su mundo interno, que es constantemente atacado con la falsa figura paternal del Dr. Simon Hurt.


Los paralelismos también se encuentran en cosas que para muchos pueden resultar obvias, como la hora en la que los dos héroes entran en acción. Superman es el paladín del sol, resguarda metrópolis de las amenazas exteriores que atacan a la humanidad, mientras que Batman realiza la mayor parte del trabajo durante las noches y resguarda su entorno de las amenazas que la misma humanidad ha generado. Kal-El protege la utópica Metrópolis, una urbe idílica que representa el pináculo del desarrollo económico y tecnológico de finales del siglo XX. Y Bruce Wayne resguarda Ciudad Gótica, una híper ciudad que se expande sin consciencia alguna, Gotham es una interesante metáfora de la depredación antropofágica que se gestó a partir del modelo económico del siglo XX.
Los villanos de estos dos personajes también muestran una interesante perspectiva referente a este tópico. Los antagonistas de Superman son, generalmente, una amenaza externa a la raza humana. Son invasores que buscan colonizar y terminar con la idea del hombre y el planeta (aunque en el caso de Lex Luthor podemos referirnos a un hombre que se considera ajeno al resto de la sociedad). Los villanos de Batman son las consecuencias de la modernidad, el sistema económico y las grandes urbes; el asilo Arkham es un lugar en donde se depositan los malestares de la misma sociedad. Con esto sobre la mesa, no sería muy arriesgado decir que mientras Superman pelea por proteger el ideal humano, Bruce Wayne tiene que lidiar con lo inconsciente que existe en la sociedad.
La idea de un héroe solar y otro lunar es un desarrollo lógico para cualquier proyecto que busque emular el impacto de la mitología. Al igual que Apolo y Dionisio, Superman y Batman tienen el trabajo de validar y reforzar una narrativa que busca cimentar identidad y cultura. Obviamente, el enfoque depende mucho de quién y cómo se escriban sus historias, ya que, al igual que en años anteriores, estos personajes pueden mutar para adaptarse a otros discursos. Cabe mencionar que esto sólo es un artículo que encuentra similitudes y las dispersa de una forma recreativa, ya que para equiparar el impacto social que tuvo la mitología deberíamos vivir el mismo momento histórico y espiritual.
¿Ustedes qué opinan, ocultistas?
Un comentario on BATMAN Y SUPERMAN: Apolo y Dionisio
Maravilloso! Me agradó bastante la comparación mítica que le das a cada uno. Y abres más panorama a las referencias utilizadas para cada personaje, ya que algunos se quedan con las del cómic o películas.